EL VIAJE

El hombre decapitado del shuar-chicham

Ignacio Espinoza 

 

 

Naekat Tiwip montó una exposición con material reciclado donde explicó las verdades sobre la tsantsa, ritual que ha recibido el estigma de primitivo y salvaje. Pero las expectativas sobre la cultura no son promisorias: cree que con el mestizaje todo pensamiento indígena terminará por extinguirse y también sostiene que la lengua no es la herramienta para entender a un pueblo originario.

No se puede regresar atrás. Para el artista Naekat Tiwip la contaminación occidental que ha recibido la cultura shuar devendrá en la extinción de un pensamiento. Un futuro poco auspicioso donde la lengua tampoco se salvará de la situación y quedará relegada a un segundo plano, lugar en el que cree que siempre ha estado. Todo por culpa de una expropiación, tema que motivó al pintor y escultor a presentar su último trabajo donde habla sobre la tsantsa, uno de los rituales más afamados dentro de la cosmovisión del pueblo indígena, pero que al traspasar fronteras ha sido visto desde otra perspectiva, la salvaje.

“Fue tratar de hacerle ver a la gente que no es lo que los occidentales creen: que es una barbaridad o un asesinato, de eso era la exposición, era un pretexto de decirnos a nosotros y hacernos a un lado y cambiar”, afirma Tiwip. Con una camiseta negra ajustada y unas gafas de sol, el artista se sienta en el piso de su casa junto a una cobra elaborada con neumáticos de bicicleta y comienza a explicar en que consistía la tsantsa. Dice que el ritual se originaba cuando había un conflicto entre dos personas, por lo general era por mujeres o comida, hasta que la situación desencadenaba en una batalla donde el vencido era decapitado. La cabeza pasaba a un procedimiento que era sacada del cráneo y la piel se reducía para quedar del tamaño de un puño. Los orificios de la nariz eran tapados para evitar que el espíritu del guerrero se escapara, como también el olor y la fuerza que habitaban en el cuerpo. “No se le hacía a cualquier persona, muchos creen que alguien va y le van a hacer eso. Pero eso es un tributo, como un honor, se le hacía a una persona de mucha valía, que en este caso era el líder de otro bando” afirma y agrega: “La cosa hoy se ha distorsionado. el concepto yo lo transformo y le digo al mundo occidental que eso que hacíamos, nos lo hicieron a nosotros”.

Parte de las obras que expuso Naekat Tiwip sobre la tsantsa ahora están en su casa

Fotografía de Ignacio Espinoza 

Espuma flex, sogas y fierros fueron algunos de los materiales que utilizó para dar forma a las cabezas que formaron parte de la exposición que estuvo en La Casa de la Cultura en Quito hace dos años y donde algunas piezas se quedaron en el hogar de Tiwip. Todo es de material reciclado, con una lija y  un cuchilla moldeó algunas de las piezas y, al interior de éstas, colocó velas para  otorgarle mayor dramatismo a la propuesta. Pasado y presente que el artista se encargó de unir para hablar de las heridas que sufrió y tiene su pueblo originario. Cree que el mundo occidental le cortó la cabeza a la cultura shuar. Pero la intención no fue tomar la sabiduría del vencido, como se hacía en los rituales. El mestizaje conllevó en un desmembramiento del pensamiento. Solo quedó la imagen de una decapitación y posterior reducción, crítica que el artista compara con la lengua materna. “¿Si nos quitan esas cosas qué soy yo? Eso iba al idioma, el idioma no me dice mucho, todo el conjunto es lo que dice que soy algo. Es como cuando a alguien le quitan una pierna, ya no es un hombre completo, es medio hombre porque no tiene todas sus capacidades físicas, igual que si el cerebro no funciona, lo mismo ocurre con la cultura”, afirma tajante.

 

«El idioma no me dice mucho, todo el conjunto es lo que dice que soy algo. Es como cuando a alguien le quitan una pierna, ya no es un hombre completo, es medio hombre porque no tiene todas sus capacidades físicas, igual que si el cerebro no funciona, lo mismo ocurre con la cultura”

Su madre habla el shuar chicham y su padre también. Pero el artista no domina la lengua.  “En mi caso mi padre murió y no había contacto donde pudiera aprenderla, ese siempre ha sido mi problema”, confiesa. Sabe el significado de palabras como Arútam (dios de dioses) y también la etimología de su nombre Naekat Tiwip, textura de un árbol y el canto de un ave. El término tsantsa proviene de su pueblo que también se les conoce como jíbaros, palabra acuñada por los españoles tras la colonización y que siguió con aquella estampa a lo largo de la historia, rama que para Tiwip fue el despertar de su identidad. Desde pequeño vio cómo le enseñaron quiénes fueron los incas, Atahualpa y Simón Bolívar, pueblo y personajes que aprendió como parte de su historia sin causarle sentido. “Cuando me hicieron jurar a la bandera yo no juré porque sabía que esos próceres no me pertenecen a mí, de hecho la propia bandera tampoco me pertenece porque a nosotros no nos liberaron”, cuenta.

La educación que tuvo también lo lleva a recordar un pasado oscuro donde fue discriminado. Caníbal, corta cabezas o salvaje fueron adjetivos que relegaron el nombre de Naekat. Aquella situación lo llevó a aprender las cosas de golpe y también a que se avergonzara de su cultura. En el entorno laboral la situación no cambió, de hecho hoy se molesta cuando hablan de él y lo primero que dicen es artista ecuatoriano, indígena y, para el final, shuar. Un obstáculo que fue superado porque comenzó a leer la historia por cuenta propia, los cimientos de su saber se derrumbaron para dar paso a una nueva forma de entender el mundo. “Hoy no me da vergüenza, me siento muy contento de ser de allá. Si se habla de identidad sé de donde vengo, tengo un pueblo, hay magia y espiritualidad”, afirma. Recuerda que las conversaciones con su abuelo eran complicadas porque el anciano no hablaba español y lo que Naekat Tiwip aprendió fue gracias a su padre que oficiaba de traductor. Pero aquello hoy no se repite, los jóvenes cada vez respetan menos a los mayores y con ello las tradiciones ya no se pasan.

Para elaborar las cabezas Tiwip utilizó material reciclado

Fotografía de Ignacio Espinoza 

Además del arte también escribe textos de la realidad. Por eso sostiene que una de las verdades es que en diez generaciones más una cultura se perderá producto del mestizaje. La única solución que plantea, para evitar la desaparición, es que no exista el cruce mientras que la lengua es solo la articulación de un cuerpo y tampoco evitará el ocaso del pensamiento y costumbres. “El idioma no hace una cultura. Yo he estado leyendo sobre ese tipo de cosas, de que la lengua mantiene viva una cultura y eso no es cierto. Está comprobado que en el campo del idioma español, hay mucha gente que domina el idioma, pero culturalmente se han modificado, ya no se puede hablar de que mi cultura es esto exactamente hoy. La cultura es todo, es una cultura global”, plantea.

«Está comprobado que en el campo del idioma español, hay mucha gente que domina el idioma, pero culturalmente se han modificado, ya no se puede hablar de que mi cultura es esto exactamente hoy. La cultura es todo, es una cultura global”

A pesar del oscuro panorama, Naekat Tiwip afirma que tiene una deuda pendiente y esa es aprender a hablar el shuar. Cuenta que ya ha conversado con su madre y le propuso realizar clases donde ella enseñará la lengua, en ellas el artista también aprovechará de aprender nuevamente. Regresará al ritual de conocer con una maestra, pero será un regreso diferente con el fin de saber más sobre su historia. “A mí me preguntan cuál es la solución al tema de nuestra extinción y no tengo respuesta porque eso no es posible, no es posible regresar atrás”, afirma.

Además de desmitificar la visión occidental de la tsantsa, el artista se propuso presentar la obra desde un enfoque dramático

Fotografía de Ignacio Espinoza

Tsanta es una palabra shuar y al hablar de eso se remite a una tradición cultural del pueblo ¿Eso también mantiene la lengua viva y un pensamiento?

Eso es cierto. La verdad es que la palabra liga el concepto a la cultura y es un hilo conductor, así como lo hace Google y en conceptos no se pierde. Eso es muy cierto, cuando alguien mencione shuar ya solo lo liga.

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