EL VIAJE

Lupita: la interpretación de la inocencia

Alejandra Gayol
Se quedó mudo. Su cabeza va a mil por hora y su lengua no es capaz de cogerle el ritmo. Se bloquea. El poco español que ya aprendió siendo adulto ha sido borrado completamente por la impaciencia. Las dudas, el miedo y la impotencia sólo saben expresarse en su lengua materna. Necesita voz. Y oído. Le disparan palabras que para él no tienen significado. Las expresiones en los rostros que lo rodean son la única manera de saber que está siendo acusado. No tiene claro el cómo, ni el porqué. Se desespera, y no es momento de que cunda la desesperación. Necesita empatía con su incomprensión. Necesita que Lupita sea la intérprete de su inocencia.
La jornada comienza temprano. Guadalupe Pérez parece haber conseguido un pacto con el tiempo para que sus días tengan más de veinticuatro horas. Traducir la ley indígena es parte de su trabajo, y es necesario, pero a ella le motiva el trato directo con las personas. Su actividad como voluntaria es lo que realmente le apasiona.
Aunque sabe que es un largo camino, Lupita cree en el cambio
Fotografía de Joseba Urruty
Le llegan cartas a su oficina. Papeles con palabras temblorosas que solicitan justicia. Lupita no es licenciada en derecho, sólo una mujer con voluntad para ayudar. Los sustantivos y los verbos tienen un significado que cualquier traductor es capaz de transcribir, pero los sentimientos requieren de una interpretación detallada.
«Yo, no hago esto para que me pongan una estatua. Las estatuas están muertas.”

Lleva cinco años defendiendo los derechos de los indígenas. Supervisa los casos escuchando y empatizando con cada persona. Controla que cada acusado tenga un traductor en su lengua, en su variante específica, para no dar lugar a error. Ante la justicia un leve fallo puede suponer perder tu libertad. Esa es la razón por la que Lupita ha creado la asociación Nochaba Nikuuroka Anakupí Niraa —que en lengua rarámuri significa “Trabajar ayudando los unos a los otros”—, una organización apartidista, autónoma y sin ánimo de lucro para ofrecer asesoría y orientación legal en diferentes lenguas indígenas a personas que lo necesitan.

La discriminación lingüística conlleva la violación de los derechos humanos en muchos casos. Personas como Lupita trabajan para que las culturas indígenas lleguen a tener el reconocimiento y el espacio que merecen ante la ley. No puede existir una igualdad para todos mientras no exista la posibilidad de que cada uno se defienda en la lengua que domina.  Tratar de explicar tu situación en un idioma que desconoces no es estar en igualdad de condiciones. Hay casos en los que esta marginación, o despreocupación por las lenguas minorizadas, conduce a sentencias injustas que son resultados de malas interpretaciones. Presos que desconocen sus cargos o sus años de prisión.

La falta de comunicación entre presos y abogados puede llegar a encarcelar inocentes
Fotografía: gentileza

Los intérpretes rompen con el concepto de que las lenguas son barreras para la comunicación. Gracias a su trabajo, muchas personas no se han sentido minorizadas ante la ley. Cuando los acusados se presentan frente a la auditoría pueden sentir que hablan una lengua inútil: «Hay veces que las personas que hablan español no entienden la sentencia del juez. Entonces yo pienso: Si ocurre esto con las personas que hablan el mismo idioma, ¿cómo se sentirá mi gente?», confiesa Lupita. «Cuando voy a los cerezos para revisar los casos de los indígenas que estan presos, muchos me confiesan que nadie ha ido a hablar con ellos, que no se han podido comunicar con nadie», añade. Lupita nos hace ver que este tipo de  situación provoca que algunas personas consideren que su idioma es un obstáculo, que incita al abandono de su lengua y que convierte al propio pueblo en cómplice del homicidio de su cultura.  Queda claro que ninguna lengua puede quedar indefensa, pues tras ellas están las personas.  “Lo que he logrado ha sido con mucho esfuerzo, llamando a muchas puertas, pero ha merecido la pena. Cada vez los derechos indígenas ganan más espacio. Ahora ya toman más atención porque saben que hay alguien chequeando. Soy la piedra de su zapato”.

2 Comentarios

  1. Magdalena Cerdeira

    Una labor de investigación y lucha inmensos, gracias a Lupita y gracias a Alejandra por sus enseñanzas y por su lucha. Sois grandes.

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  2. Tere Ferreiro

    Me parece excelente el trabajo que realiza Lupita
    Es una gran labor humanitaria con los suyos, con los indígenas
    Animo Lupita a seguir adelante que todavia falta camino por recorrer. Y seguir cosechando muchos logros.

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