El fuego del nasa yuwe que vive en el ipx kweht
Un balde de agua con hierbas. Una fogata custodiada por tres piedras con tres palos clavados atrás. Troncos que sirven como asientos rodean un espacio que tiene un techo de paja. En el centro cuelgan una mazorca de maíz junto a una pata de vaca disecada. Pilares de madera sostienen la construcción donde las paredes son reemplazadas por palos cruzados y los accesos están marcados por letreros donde se lee sek këenxi (se oculta el sol), sek wejxa (entrada de viento y lluvia) y sex kaanxi (salida del sol). El lugar es un centro creado en Yu’luuçx, resguardo de Canoas (Colombia), donde miembros del pueblo nasa se han reunido para hablar sobre la situación de la lengua nasa yuwe. La ocasión obedece a una reunión, pero para los nasa es el ipx kweht o tulpa.
Del balde con agua y hierbas se saca agua con un tarro que moja la cabeza de quien ingresa al centro ceremonial. Al entrar se toma una botella con agua ardiente y se acerca al suelo como gesto de agradecimiento a la tierra. Luego se voltea parte del licor en la mano derecha y se deja caer, una por una, sobre las tres piedras que representan al padre, la madre y los hijos. “Aquí nos reunimos a compartir, entonces cada vez que hay reuniones esto se armoniza con plantas frescas, para entrar en armonía dentro de esta tulpa”, explica Venancio Vargas que también detalla por qué se mojan las piedras con licor: “Como nosotros comemos, a ellos hay que brindarles también. Como bebemos ellos también tienen derecho a beber”.
Además de los procedimientos también tiene clara otra cosa, la importancia del ipx kweht, tulpa en español y fogón como primera traducción literal, pero que para la cultura nasa es un término que explicarlo, también requiere viajar a la memoria de cada persona. En el caso de Venancio se remonta a su niñez, cuando se sentaba alrededor del fuego mientras su madre preparaba los alimentos, un recuerdo que lo asimila con la unidad porque solo se hablaba en nasa yuwe. La situación hoy es distante, los fogones se apagaron y dieron paso a las cocinas a gas mientras que las mesas también desbarataron la forma en que la familia se reunía para esperar y comer la comida.
Él también tiene cocina, pero confiesa que ahora se levanta a las cinco de la madrugada a prender una fogata, medida que tampoco le ha traído resultados y afirma que, si antes un 90% de las personas se comunicaba en nasa yuwe, la cifra se redujo a 4%. “Nos han quitado ese espacio de diálogo, de compartir y de planeamiento. Ahora planeamos de otra manera, hoy en día, uno lo dice por experiencia propia, no hablamos con la esposa ni con los hijos, porque el hijo está con el televisor, la hija está chateando. El marido por allá y la mujer por allá”, cuenta.
Los recuerdos del profesor
Le dicen el profesor Marino. Cuando le toca hablar se para sin sacarse su sombrero de paja, el morral y el poncho. Los recuerdos los direcciona a su abuela y a cómo aprendió el nasa yuwe, en el fogón y a esperar mientras se preparaba el café y la comida. Ahí se hablaba sobre lo que cada cada persona vivió en el trabajo y la historia también formaba parte de las charlas. “Contaban cómo era la colonización, cuantos ricos habían y cómo éramos esclavos de ellos. Fluía la comunicación entre todos. Entre mayores, niños, todos nos sentábamos a escuchar ahí. Me acuerdo que me quedaba dormido ahí escuchando. Pero era un proceso hasta las diez u once de la noche”, recuerda.
Marino también aborda la naturaleza. Si el perro escoge un lugar para dormir, al igual que la vaca y el caballo, eso es porque ellos sienten el curso natural de las cosas, mientras que los nasa perdieron ese sentir espiritual con la tierra. “Esto es una familia, prácticamente estamos haciendo el ejercicio que hacían nuestros mayores. Hoy en todos los espacios educativos de asambleas hablan de los valores, pero si no volvemos a ese espacio es complicado volver a los valores”, sostiene y con otra autocrítica bajo el brazo, los ingresos: “Han sido millones que hemos invertido en lengua materna. Pero eso se está cayendo, yo decía que no será porque estamos haciendo lo contrario. Todo el nasa yuwe parte desde la casa, la familia”.
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