EL VIAJE
68 voces: la voz indígena en los cuentos animados
Alejandra Gayol
Joseba Urruty
“Nadie puede amar lo que no conoce”. Así lo cree Gabriela Badillo, creadora del proyecto “68 voces”, una serie de cuentos indígenas animados narrados en su lengua originaria que tienen como principal motivación crear conciencia, fomentar el orgullo indígena e impulsar el uso de las diferentes lenguas de México.
Las leyendas son una parte fundamental del legado inmaterial de un pueblo. En ellas se reflejan los conocimientos, los miedos y las habilidades de una cultura. Recopilan la historia comunitaria y son una manifestación de sentimientos y creencias donde la creatividad del ser humano se expone sin límites. “68 voces” ha sabido combinar herramientas ancestrales de transmisión cultural con novedosos recursos como las ilustraciones animadas. Conducir un tema tan importante como la dignidad de los pueblos indígenas de México hacia un nuevo público es uno de los principales propósitos de este proyecto . El origen de las mariposas según el pueblo tojono o´ otam, el primer amanecer para los miembros de la comunidad huichol, la última danza de los mayas o la poesía Cuando muere una lengua de Miguel León-Portilla son algunos de los temas que podréis conocer en sus vídeos.
Sesenta y ocho lenguas suponen muchas historias. Cada pueblo ha interpretado su relación con la naturaleza a través de cientos de cuentos. Elegir cuál de todos es el más significativo para cada cultura no es una tarea fácil. En la selección de cada leyenda han participado miembros de las propias comunidades para que ellos sean quienes busquen aquella historia con la que se sientan más representados. Además, las ilustraciones son creación de jóvenes talentos mexicanos ,como Enrique Sañudo o Koosuke Amezcua Furuya, que reflejan en las imágenes su propia visión de cada cultura.
El proyecto ha tenido espacio en canales culturales como el Canal Once, además de su propia página web www.68voces.mx. Actualmente colabora con el centro cultural “Faro Tláhuac” donde imparten un taller dirigido a niños. A través de juegos como pinturas o sopas de letras, los más jóvenes tienen la posibilidad de divertirse aprendiendo sobre la diversidad lingüística de México. Conocer más sobre la cultura que hay detrás de los cuentos que sus abuelos les cuentan o descubrir que muchas palabras que están en su vocabulario actual, como cacahuete o tequila, tienen procedencia indígena supone una conciliación única de los niños con sus orígenes.
Brenda y Quique, miembros de Sesenta y ocho voces, nos explican más sobre su proyecto.